CONTAMINACION RADIOELECTRICA:

 

 

LAS APRENSIONES DE VIVIR CERCA DE UNA ANTENA PARA CELULARES

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Ya sea por su imponente apariencia o por los efectos que provoca la radiación que emiten, las antenas celulares son vistas como una amenaza. Foto:El Mercurio

Organización ecológica Renace apela a las autoridades para que se cree una norma que permita alejarlas de zonas pobladas y evitar daños a la salud.

MARÍA DE LA LUZ GALLEGUILLOS A.

A nadie le gusta que le instalen una antena celular cerca de su casa, ya sea por su aspecto poco estético o por el temor a que la radiación emitida los afecte. Muy molesto, hace unos días nuestro lector Luis Maturana, del Valle Oriente de Peñalolén, nos envió una foto reclamando por la ubicación de uno de estos aparatos en avenida Consistorial, dentro de un conjunto residencial.

 

 

 

Su queja es que ésta contaba con la venia del municipio como obra menor ornamental, pese a que se trataba de una antena celular, encubierta como una torre, lo que vulnera nuestro legítimo derecho a la vida, la salud y la integridad física y emocional de nuestros hijos, ancianos, mujeres embarazadas y enfermos al corazón que se agravan por las radiaciones electromagnéticas.

Tras la publicación de la foto, el alcalde de Peñalolén nos respondió que él no tiene atribuciones para autorizarlas, lo que le compete sólo a la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) del Ministerio de Transportes. Al municipio sólo se le informa sobre su emplazamiento para que fiscalice si las obras cumplen con las normas legales que exige la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones. Asimismo informa que el 24 de diciembre de 2002 la Dirección de Obras del municipio paralizó dichas faenas.

La propuesta de Renace

Reflexionar y propiciar que se determine un marco legal adecuado para la operación y emplazamiento en forma segura y responsable de estas antenas es una de las banderas de lucha de la Red Nacional de Acción Ecológica (Renace). Frente a problemas de este tipo, acogen los planteamientos de diferentes agrupaciones que se acercan a ellos y, en conjunto, generan grupos de acción.

Según explica su presidente, Álvaro Gómez, diversos estudios de la Organización Mundial de la Salud señalan que las personas que se exponen en forma constante a la contaminación radioeléctrica están más susceptibles a enfermarse de cáncer. No hay uno en particular que diga que las antenas de celulares en sí lo producen, pero sí está comprobado que se originan campos radioeléctricos en un diámetro de dos metros desde sus plataformas.

Por lo mismo, como no hay una investigación específica que concluya que no son dañinas, Gómez busca apelar a las autoridades para que se legisle sobre esta materia, de modo que si en el futuro se descubre que son perjudiciales, no sea demasiado tarde. Pensamos en el principio precautorio porque ahora estamos en una tierra de nadie. Los municipios se quejan de que las empresas llegan y se instalan, porque no hay una normativa específica. Para eso se debe invertir en estudios técnicos y fijar un marco legal.

Gómez admite que la irradiación de las antenas está dentro de la norma, pero advierte que las mediciones se hacen sólo en ciertos momentos, siendo que éstas debieran registrarse las 24 horas, para poder conocer y estudiar su real efecto.

Una propuesta de Renace es que dos o más empresas de telefonía móvil se pongan de acuerdo e instalen una antena común, lo que según Gómez, es factible técnicamente. Además, plantean que éstas deberían quedar alejadas como mínimo a 300 metros de zonas urbanas, en especial si hay colegios o centros hospitalarios. Sólo en Viña del Mar hay 54 torres de este tipo en 10 cuadras a la redonda, resalta.

No decimos que se terminen, porque sabemos que son necesarias. Pero no queremos que mañana, cuando aparezcan adultos enfermos de cáncer, recién ahí comencemos a normar sobre este tema, enfatiza Gómez.

Lo que dice Subtel

La instalación y operación de las antenas para celulares requiere la autorización de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel). Cada empresa debe acreditar que cumple con los requisitos de seguridad, esto es, ubicarlas de modo que al medirse las ondas en los puntos a los cuales tengan libre acceso las personas, su resultado sea inferior a 435 microvarios por centímetro cúbico. Cada seis meses las concesionarias deben actualizar sus mediciones, cuyo apego a las normas es comprobado por la Subtel. Allí dicen que no existe ninguna evidencia científica que acredite la existencia de alguna relación entre las radiofrecuencias generadas por los sistemas de telefonía móvil y efectos nocivos para la salud. Por ello, la generalidad de las recomendaciones de organismos internacionales, y recogidas por Chile, tienen carácter preventivo.

EN INTERNET

Para mayor información consulte:

www.subtel.cl
www.renace.cl

 

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