La ordenanza de telefonía móvil priorizará las antenas de
escasa potencia en el casco urbano
El equipo de Gobierno confía en que la normativa entre en
vigor a primeros de 2009 tras el acuerdo de la comisión especial
creada para su elaboración
TANIA SUTIL. El equipo de Gobierno apuesta por la
instalación estratégica de antenas de telefonía móvil de «muy
escasa potencia» en el casco urbano frente a la colocación de
repetidores en terrenos rústicos alejados de la ciudad pero de
intensidad mucho mayor. La inclinación del PP local por la
primera alternativa se debe a que las instalaciones ubicadas a
mayor distancia de la urbe requieren mayor intensidad para que
los receptores puedan captar su señal, con el correspondiente
perjuicio al ciudadano. Así lo expone el concejal de Urbanismo y
Medio Ambiente, Feliciano Fernández, quien estima que la nueva
ordenanza para la regulación de antenas entrará en vigor a
primeros de año.
Para lograr la puesta en marcha de esta normativa legal, la
institución local constituyó el mes pasado una comisión especial
con los concejales del PP Feliciano Fernández y José Luis
González como presidente y vicepresidente del órgano,
respectivamente. La siguiente cita tendrá lugar en las próximas
semanas con la intervención de un técnico municipal que asesore
sobre las condiciones para garantizar la máxima seguridad de los
ciudadanos. El funcionario en cuestión asistió a la última
jornada sobre las instalaciones de telefonía dirigida a personal
de ayuntamientos y organizada por el servicio de asesoramiento
técnico de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
En la próxima reunión «nos darán cuenta de todas las opciones de
instalación posible para indicarnos lo que más nos interesa:
cuáles son las alternativas de menor riesgo», apunta Fernández
Cuerdo.
La abundante implantación en los últimos años de instalaciones
de telecomunicación y telefonía móvil ha obligado a la
administración local a tomar medidas para garantizar que las
nuevas tecnologías no produzcan impactos negativos en las
condiciones urbanísticas, medioambientales y paisajísticas de la
ciudad.
Al menos «dos o tres» comisiones más serán necesarias, a juicio
de Feliciano Fernández, para tener sobre la mesa el borrador de
la futura ordenanza, compromiso municipal que se retrotrae al
anterior mandato municipal.
Al igual que cualquier ordenanza municipal, su puesta en vigor
requiere una tramitación que pasa por su aprobación en Pleno, de
ahí la necesidad de obtener el consenso con al menos un grupo de
la oposición, dada la situación de minoría del equipo de
Gobierno. El texto normativo será sometido también a un periodo
de exposición pública para la presentación de alegaciones y
deberá ratificarse en sesión plenaria, según informa el portavoz
municipal.
Fue el rechazo vecinal a estas instalaciones por parte de un
grupo de vecinos de San Lázaro en 2006 la circunstancia que
forzó al equipo de Gobierno de entonces a poner sobre la mesa la
necesidad de regular estos artilugios.
El futuro texto legal contará con aportaciones tanto de vecinos
como de oposición
La futura ordenanza municipal contará con las aportaciones no
sólo del resto de grupos de la oposición en la Corporación
municipal sino también de los vecinos a través de la Federación
de Asociaciones de Vecinos de Zamora. Tanto es así que
«invitaremos a los representantes de los ciudadanos para que
expresen sus aportaciones una vez que tengamos una propuesta
firme avalada por los técnicos». La comisión especial es fruto
de una moción consensuada en Pleno por los tres grupos que
conforman la oposición.
La futura ordenanza para regular la instalación de antenas de
telefonía móvil en la ciudad será «especialmente sensible» con
las distancias a centros escolares y sanitarios, según adelanta
el edil de Medio Ambiente, Feliciano Fernández.
Los efectos negativos de las ondas de las estaciones base de
telefonía móvil han sido fruto de intenso debate en los últimos
años. Según un estudio elaborado por la Facultad de Psicología
de la Universidad de Santiago de Compostela, la exposición
crónica a las ondas agrava la fatiga, la tendencia depresiva,
los desórdenes del sueño y de la piel, así como los problemas
vasculares y de concentración y la pérdida del apetito. Las
conclusiones se basan en un estudio epidemiológico sobre el
posible efecto en la salud de la exposición crónica a las
estaciones de 900 mergahercios a 1.800 megahercios.